¡Oh alto y glorioso Dios!, ilumina las tinieblas de mi corazón y dame fe recta, esperanza cierta y caridad perfecta, sentido y conocimiento, Señor, para que cumpla tu santo y veraz mandamiento.
En la fiesta de San Pedro de Alcántara (reformador y alentador de la vida recoleta) cuatro frailes, fr. Francisco, fr. Esteban, fr. Diego y fr. Martín hicieron su profesión perpetua.